Los ministros (con
minúscula pobres infelices) SE HAN DUPLICADO EL SUELDO. Si solo fuese esto ya
estaría remal, en un país donde el 70% de la población gira en torno al sueldo
mínimo, donde las condiciones atmosféricas son duras para el agricultor y no
existen reales programas de apoyo a esta actividad y por último, el sistema
está hecho para que los que ganen sean los intermediarios y no quienes se
doblan el lomo trabajando, donde no existe una buena educación pública y mucho
menos un sistema de salud eficiente para el ciudadano normal, pero hay más,
mucho más, leemos:
“La Primera Fiscalía
Provincial Especializada en Delitos de Corrupción de Funcionarios, a cargo de Edward
Escobar Arrese, inició una investigación de oficio por la compra de binoculares
y visores nocturnos en el Ministerio del Interior a un precio 14 veces mayor al
del mercado.” ¿y el ministro, y los viceministros?; una vez más, no se
encontrarán culpables, o mejor dicho sí, probablemente el conserje que equivocó
un sobre o la secretaria que no leyó bien alguna instrucción y ¡por supuesto!
Que irán a algún otro puesto rentable o serán sacados del país como sacaron a
la testigo de la fábrica de firmas falsas o a cueto, cómplice complaciente para
que no declare.
Ecoteva, narcoindultos,
sobrevaloración del estadio nacional, gastos en celda de lujo para quien nos
engañó desde el inicio con la nacionalidad, para cuidar a López Meneses, piscina
y otros lujos, ¿cuánto más debemos sufrir? Seguirá opinando varguitas que es el
mejor gobierno del Perú y el mundo? Dejémonos de tonterías, de estar peleando
en internet por esto o aquello, que no nos envenenen más con programas
estúpidos en la televisión y en la radio. Si se deben aceptar las opciones
sexuales está bien, vivamos en paz, pero tampoco hagamos un culto de
anormalidades.
Si no hay un candidato
decente en la próxima elección votemos en blanco y salgamos a las calles. ¿No
existirán diez peruanos decentes y pensantes para una Junta de notables? ¿o
seguiremos yendo como borregos al matadero, con alguno de los delincuentes
conocidos o quizás el gringo que nos engaña como idiotas con lo de la
nacionalidad.
Estoy indignado, Sí, LO
ESTOY, ¿hasta dónde llegaremos, compatriotas, decentes y trabajadores pero engañados y
mansos, muchas veces preocupándonos de intrascendencias?
Carezco de dinero u
organización para convocar y no se me ocurriría arriesgar la vida o libertad de
nadie (claro al fin yo terminaría en celda de lujo y los demás con la vida
desgraciada, como se hizo para que este mísero esté en el poder). A ver si
aquellos que lo trajeron al mundo lo hacen entrar en razón o si las
organizaciones patrióticas se organizan, en cualquier caso cuenten conmigo.
Gustavo Bobbio
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