Acabo de llegar a la
Universidad luego de haber caminado un par de horas por las calles de mi
querida Lima, unas asfaltadas, algunas con una capa de cemento semidestruída por el tiempo otras simplemente
cubiertas de polvo. Mi paseo me ha hecho redescubrir aspectos cuya presencia se
impone a nuestra vista cotidianamente por lo que, desgraciadamente, tendemos a
familiarizarnos con ellos: pobreza, madres llevando a sus hijos a colegios
estatales, otras a no estatales, suciedad… Pero, sobre todo, a lo largo de esta
caminata, he podido percibir en todo ello un sentido de derrota, de
resignación, de falta de fe en el futuro.
Llegado a la Universidad,
enciendo la computadora y leo que “Heredia
Alarcón participó en el V Congreso Internacional […] donde habló del “Plan Nacional [….]. En esa presentación, la esposa del presidente Ollanta Humala Tasso
reafirmó el compromiso del gobierno peruano […] y dijo que ‘la prioridad es llegar directamente a los peruanos y
personas que nunca fueron atendidos o no recibieron lo ofrecido’ ”(1). Para
no engañar ni sacar las cosas del contexto, quisiera hacer hincapié en que los
puntos suspensivos se refieren a palabras relativas al tema de la salud, y más
específicamente a la lucha contra el cáncer. Leyendo lo citado por la fuente
virtual BIZ USA PERU AMERICAS, me
pregunto: ¿Es ella una funcionaria
pública? Pero además, cuando habla de “llegar a los peruanos que no recibieron
lo ofrecido por su consorte” (ni lo recibiremos nunca), ¿no parece, vista la
situación que reina en el país, que ella apunta a toda la Nación peruana, de la
que todos somos parte?; claro, porque si habla de quienes en general no
recibieron lo ofrecido, somos toda la Nación Peruana.
Por supuesto que su
participación generó un documento en que se “enfatiza su rol como líder y movilizadora social..”(2)
Desde luego, puede ser que
todo no sea “tan” grave: ¿No estamos ya
acostumbrados a engaños? Nos engañaron el chino, el cholo, el gordo (no
solo una sino muchas veces), y nos siguen engañando. Por supuesto la justicia
logró cumplir a veces con su misión primigenia de castigar a los que cometieron
actos en contra de la ley: uno está en la cárcel, por ejemplo. Oh Alá que los
otros no se libren de entrar. ¡Esperemos además que todos los que quedan por
ser juzgados vayan a Lurigancho y no a cárceles particulares cuyo alto costo de
mantenimiento, al final, resulta ser asumido por todos los ciudadanos!. En
vista de lo anterior, el tema del mentiroso (evidente) e inepto (a mi juicio) presidente, con su esposa, pasa a ser algo
folklórico.
Más importante es otra
noticia del medio ya citado: “Perú
crecerá más del doble que el promedio de América Latina, según la consultora
internacional EY”(3). En su intención de sustentar su argumento, el autor
del artículo procura aclarar a los profanos, que la economía peruana creció 5%
el año 2013 y crecerá 6% este año. Efectivamente, más del doble de los 2.6%,
que es el promedio de América Latina. Y ¿quién se atreve a dudar de las cifras
e incluso de las buenas intenciones de la famosísima consultora Ernst y Young?
¿Usted? ¿No? Yo tampoco.
-
¿Querrá decir eso que el año 2013 los precios bajaron un 5% y que este año
bajarán un 6%?, pregunto yo.
Me
contestarán: “¡no sea ignorante. Ha crecido “la economía”, como dice en la
publicación!
-
Ah, entonces, ¿han crecido los salarios?
La
respuesta será: ¡dale con este bruto. No entiende que él no es “la economía”.
-
Ah, pero ahora sí ya sé: ¿Eso significa que con el crecimiento hay colegios
estatales de calidad, prestaciones de salud de primera clase para los
asociados?
- ¡Este hombre es un
subversivo!
En palabras simples, si los
precios de los minerales suben, si los precios de nuestras exportaciones en
general (la mayor parte productos naturales –alimentos- y los ya mencionados
minerales) alcanzan precios astronómicos, los empresarios dueños de estos
recursos, tienen también ganancias astronómicas; si se vende más oro, más plata
o más uvas, espárragos, lúcumas….., los dueños ganan más, y punto. Claro, crece
el PBI, claro, con la palabra medio obscena que empleó el infeliz correteado
por la hija: algo “chorrea”.
Pero: ¿Es esto justo para la
población peruana en general, que sí es dueña indiscutible de los minerales y
riquezas biodiversas y que además se desloma trabajando de sol a sol, muchas
veces en condiciones infrahumanas? Por supuesto que no. Y sobre ello puedo
discutir con cualquiera.
Entonces, ¿qué hacer?
Aquí viene la respuesta:
Una mesa de concertación,
con tres grandes actores:
- los trabajadores,
representados por verdaderos líderes, preocupados por conseguir mejoras
racionales para todos sus compañeros y no “coimas” personales;
- los empresarios, que deben
acudir a esa mesa de concertación con ánimo de encontrar soluciones racionales
y no simplemente buscar la parte del león, y;
- el Gobierno, representado
por el Ministro de Trabajo, el Ministro de Producción y un equipo de
planificación de mediano y largo plazo, que actúe con criterio técnico y no político;
Que todos juntos busquen
fijar un nivel de salarios justos para los trabajadores, ganancias racionales
para los inversores y un dinero para que el Gobierno haga o mejore carreteras,
brinde educación y salud de calidad y garantice salarios decentes para todos
los trabajadores estatales (no la burrada de plata que se llevan los
sinvergüenzas que ustedes ya saben), lo cual garantizaría la tranquilidad
ciudadana, evitaría movilizaciones, bloqueo de carreteras, trabajadores y
policías muertos; en fin, nos volvería una sociedad decente, un país donde
realmente daría orgullo vivir y no lo que actualmente vivimos.
Lo mismo podría aplicarse a
los medios de transporte y, en general, a todos los aspectos de la vida
nacional. ¿Por qué no se hace? ¿Es tan difícil? Justamente, no se hace por lo
abordado diariamente por todos medios de comunicación: líderes sindicales que
se venden, empresarios que no piensan en el país sino en ganancias astronómicas
a costa de no importa qué, situación no de Gobierno, sino de desgobierno, donde
cualquier bestia gana 30,000 soles como sueldo base, totalizando más de cien
mil mensuales con todas las gollerías que tienen.
Mi padre me dijo un día: “el
Perú tiene personas honradas, trabajadoras e inteligentes”. A mi observación:
¿entonces qué es lo que pasa?, completó: “el problema es que cada político
tiene a lo sumo una de las cualidades”.
Tema de reflexión.
(1) BIZ USA PERU
AMERICAS Foreign Commerce,Energy Technology Innovation www.bizusaperu.com del
25.03.14
(2) Ibid.
(3) Ibid.
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